Volviendo el otro día de los cines Yelmo (cuyos asientos polagloriademimadrrrrrre hacen honor a su nombre, de lo duros que son), después de alucinar viendo Beowulf en 3D con sus gaficas correspondientes, me puse a pensar en cómo hay gente de la industria se queja de que cada vez vaya menos gente al cine, y hay otra gente de esa misma industria que se para cinco minutos a pensar que pueden ofrecerle al espectador. Valga como ejemplo:
-El cine en 3D: A estas alturas, y ofreciendo una calidad en alta definición, una experiencia de este tipo vale su precio (que no es poco). Doy fe de ello.
- El Cinegame: Se convierte a los cines en espectaculares salas multimedia, poniendo en cartelera varios videojuegos por día, programados por sesiones como si de películas se tratase.
La instalación necesaria para un Cinegame es igual a la de una sala de cine, salvo por el hecho de que está dotada con un sistema de 50 puestos conectados en red que permiten jugar simultáneamente al mismo juego y en la misma partida, que puede verse en una pantalla individual y en la grande del cine.
- Los Cines-Restaurante: El mejor exponente de esta nueva experiencia son los Álamo Drafthouse, de los que tuve conocimiento a través del Blog de Nacho Vigalondo. En sus propias palabras: " Lo primero que llama la atención según entras en la sala es que la proyección ya está en marcha. Un cañón de video en loop continuo proyecta un montaje relacionado con la película que vas a ver. Por ejemplo, si has acudido a ver El Ultimatum de Bourne, el montaje te refresca la memoria con escenas de los episodios anteriores.
Frente a ti no está la espalda de la butaca de enfrente. Hay una barra. Con un cuadernillo en el que lees un menú, y un pequeño fajo de hojas en blanco para apuntar pedidos. Puedes pedir comida y bebida durante toda la película, hasta media hora antes de que acabe la proyección. Cuando digo “bebida” hablo de una excelente selección de refrescos, vinos y cervezas y cuando digo “comida” no me refiero a acertijos precocinados, sino a una de las mejores pizzas, quesadillas o costillares que probarás jamás.
Tim y Karrie League, los creadores y propietarios de la cadena Álamo Drafthouse, han construido un negocio esplendoroso a partir de devolverle a la asistencia al cine la condición de experiencia."
Está claro que en el cine, como ocurre en otros sectores de la industria del entretenimiento, la mejor forma de salir adelante de esta "crisis" no es denunciando a tus clientes, sino innovando y adaptándose a los gustos y exigencias de éstos.
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