Hace ya algún tiempo, le contaba a Jorge (Barco) las historias que aparecían en "The Free Fall Research Page", sobre personas que habían sobrevivido a caidas libres de más de 1000 pies de altura. Algunos de los sorprendentes e increibles ejemplos son los siguientes:
- El teniente I. M. Chisov era un aviador ruso cuyo bombardero Ilyushin-4 fue atacado por cazas alemanes en enero de 1942. Por lo visto, tras caer 22.000 pies (unos 6.700 metros) Chisov golpeó el borde de un barranco cubierto de nieve y cayó dando vueltas hasta el fondo. Resultó gravemente herido, pero sobrevivió.
- Alan Magee, el ametrallador ventral de un B-17 del 303 Grupo de Bombardeo, sobrevivió a una caída de, según la fuente consultada, 20 ó 22.000 pies (6.100 ó 6.700 metros) cuando su bombardero resultó incendiado a causa del fuego enemigo en una misión sobre St. Nazaire, Francia, en enero de 1943. Magee se vio expulsado del avión antes de tener la oportunidad de ponerse su paracaídas y aterrizó sobre el lucernario de la estación de trenes, y aunque sufrió graves heridas, en especial en uno de sus brazos, se recuperó y murió en 2003 a los 84 años.
- Nicholas Alkemade era el ametrallador de cola de un Lancaster de la RAF en marzo de 1943 cuando su avión fue atacado por cazas alemanes en una misión nocturna a Berlín. Después de que el comandante ordenara abandonar el avión Alkemade descubrió al ir a cogerlo -la torreta era tan pequeña que no se podía estar en ella con el paracaídas puesto- que este estaba en llamas y decidió saltar prefiriendo eso a morir abrasado. Tras caer unos 18.000 pies (casi 5.500 metros) cayó sobre unos árboles y maleza cubiertos de nieve, lo que frenó lo suficientemente su caída como para sobrevivir con sólo unos cortes y una pierna torcida.
Pensándolo fríamente, sólo se trata de amortiguar un choque a 200 km. por hora...
1 comentario:
Hola... este apartado me sirvio para una tarea... genial muy informativo
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